jueves, 30 de agosto de 2018

Un viaje de trabajo a Cochabamba



Hacia buen tiempo que no me pasaba por Cochabamba. Me gusta mucho esa ciudad porque el clima es muy agradable y es un punto medio entre el Oriente y Occidente. La visita a esta ciudad fue sólo por un día. Ir en la mañana y volver en la noche.


Salgo en la madrugada con lo que típicamente uso un día normal, mi mochila y ropa sencilla. Sin embargo ese día tengo que trabajar a cientos de kilómetros de casa. Es interesante un aeropuerto ya que te puedes encontrar con un montón de personas de diferente tipo y con diferentes situaciones de viaje.

Esa mañana viajé a Cochabamba, había un clima agradable y en el trabajo de consultoría se tenía un buen desayuno.


Estuve metido en el trabajo todo el día, casi nueve horas, pero pude salir del trabajo algo temprano. Estaba por la avenida Blanco Galindo, así decidí visitar a familiares que no veía hace años. Fue una visita nostálgica, cuando era niño en mis vacaciones siempre iba con mi familia a visitar a mis abuelos, era un paisaje hermoso, con árboles de eucalipto grandísimos, y curso de agua. Recuerdo que habían extensiones de terrenos enteramente verdes. Ahora sólo hay calles y avenidas, el costo del progreso supongo.





Mi visita fue muy agradable pero corta, a veces pienso que personas que no se ven de mucho tienen mucho que hablar, pero también me doy cuenta que el tiempo pasa y pasa muy rápido, y comprendí que esta ya no era la visita de niño de vacaciones sino de persona mayor de paso temas de trabajo. Pude abrazar a mi abuelo y desearle todo lo mejor y de alguna manera contarle las cosas que me pasan.

Saliendo quise aventurarme a no tomar un taxi sino un micro o trufi. Y de alguna manera tomar el reto de saber moverme en la ciudad. El problema era que los letreros de las rutas no son tan visibles.


Antes de ir a tomar mi vuelo, quise ir por pan tradicional. Parte de mi desayuno del siguiente día.


Tuve que caminar un poco para llegar al sector dónde conocía que lo vendían y aproveché para ver la zona del mercado.


En fin para llegar al aeropuerto tomé un minibús y casi casi me pierdo. Pero con tiempo suficiente llegué al aeropuerto. Hubiera querido hacer más cosas pero no daba, será en otra oportunidad.



Y en fin tocó tomar el último vuelo hacia Santa Cruz, agotado totalmente, siguiendo la fila de personas por el anden pensando en que mañana tendría que levantarme temprano.



Al llegar a la ciudad me pregunté ¿y por cuánto tiempo me fui ? . Parecía que habían pasado varios días, sin embargo sólo habían pasado unas 18 horas.


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